En qué confiamos?

Nuestros bienes simbólicos pueden llevarnos a la perdición
   
Ser de tal “iglesia”. Tener tal pastor. Congregar en tal lugar. Mantener determinada doctrina no alcanza y puede llevarle a la perdición!

Esta no es una sugerencia a “desiglesiar”, a renegar contra los pastores, a no congregarse, a relativizar la Doctrina Cristiana. No! Es un llamado a oir al Hijo, conforme Hebreos 1. 1 afirma que HOY Dios habla por el Hijo, o sea, por el misterio de la Piedad (1ª Tm. 3. 16), la Encarnación con los siguientes componentes:

Encarnación

Vivir humano sin pecado

Ministerio Terrenal

Muerte

Resurrección

Soplar-se em Sus creyentes

Su Ascender que comieza com Su Ministerio Celestial con la donación de hombres-dones a Su Iglesia, la promesa de Su Segunda Venida y el establecimiento de Su Reino Milenial.

Si usted, “siervo del Señor” es UNO con Cristo en su encarnación, adquirió de gracia la naturaleza y la vida de Dios.

Si usted, “siervo del Señor” es UNO con Cristo en su vivir humano sin pecado, no peca ni provoca en otros pecado alguno.

Si usted, “siervo del Señor” es UNO con Cristo en su ministerio terrenal no innova, no distorciona, no aumenta ni disminuye; por exemplo: En ese ministerio Él nunca ungió con óleo ni mandó así hacer. Él nunca hizo el teatro de empujar y hacer caer, etc.

Si usted “siervo del Señor” es UNO con Cristo en su muerte, no tiene más deseo alguno, ni voluntad propia ni decición, ni manipulará a los demás, porque usted está muerto en Cristo. Ya no vive más usted sino Cristo en usted.

Si usted, “siervo del Señor” es UNO conm Cristo en su resurrección, acaba de entrar al ministerio celestial de Cristo. Sanidades, milagros y maravillas no más le entusiasman, sino las cosas que no existen y pasaron a existir, y las cosas sin nombres pasando a tener nombres soberanamente. Su obra no más será em la base de la carne ni con los elementos de la carne y el tiempo, sino espirituales, celestiales y eternas.

Si usted, “siervo del Señor” es UNO con Cristo en su asoplarse em los creyentes, no más será carne sino espírito; lo que salga de usted será solamente el Espíritu y la Palabra de Dios; no ideas propias y alma humana caída compuesta de sentimientos, voluntad e ideas. Nunca más usted divorciará el Espíritu de la Palabra.

Si usted, “siervo del Señor” es UNO con Cristo en su ACENCIÓN, no hace otra iglesia; solamente hará LA IGLESIA que por la acención Él estableció con miembros que se ayudan mutuamente y cinco ministerios, unidad local, Palabra y Espíritu, y nada más ni nada menos. 

Preste bien la atención! Usted tiene todo aquello del primer párrafo:  “iglesia”; pastor; congregación y el congregarse de muchos, en el lugar que ustedes consagraron para ser “Casa de Dios” y hasta la “doctrina correcta”, pero, tienen EL HABLAR DE DIOS, Dios mismo, la Santísima Trinidad, a Cristo, Cabeza de la Iglesia y a la Iglesia verdadera? ¡Usted puede estar a las puertas de perder todo! 

El Hablar del Hijo –La Encarnación- contiene los siguientes elementos que deven ser apropiados por nosotros, sinó, no tenemos nada ni somos lo que pensamos ser:

Dios manifiesto en la carne; matándola;

La Justificación em el Espíritu, no en nuestra alma caída;

Visibles a los ángeles que no se rebelarán porque ven nuestro andar en el Espíritu y obediencia, y no halla nada que el Diablo pueda argumentar contra nosotros;

Teniendo un testimonio claro y contundente para salvar a los paganos y no que nos confundan con uno más de ellos;

 Viviendo en unidad localmente para que el mundo crea, así como el Hijo em la tierra com la Divina Trinidad;

Mientras peregrinamos aquí, viviendo la celestialidad, nuestra ciudadanía celestial, sentados con Cristo, reinando sobre el pecado, el mundo y el Diablo. 

Como andamos? 

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