Nuestra Visión: El Plano Eterno de Dios - 2ª Parte:
NUESTRA VISIÓN…
EL PLANO ETERNO DE DIOS [PED]
Todas las denominaciones cristianas evangélicas, que son mayoritariamente arminianas y calvinistas, y muy pocas luteranas, y grupos de cristianos en restauración de Dios en el medio católico, o sea, Agustinianistas, tienen parte del PLANO ETERNO DE DIOS, están debajo del paraguas de éste, pero no son en plenitud la OBRA DE DIOS tal cual el Plano o PED demanda. Ellos vieron algo, en parte, pero no el TODO.
Ellos viven cansados. Los del PED viven descansados y en paz absoluta; si no camina, oran; si hay obstáculos, se humillan ante el Señor; si vencen, no se glorían; si ganan, reparten.
Ellos tienen sus íconos, referentes principales, líderes y dueños. Los del PED somos el Cuerpo de Cristo donde cada miembro ocupa su lugar y en él hay ORDEN y no jerarquía, y también en él hay miembros vitales como también secundarios, sin que podamos menospreciar a ninguno como en todo cuerpo humano vivo y saludable, y sí reconocer en él una única cabeza; en serio, de verdad, no en la retórica.
Ellos tienen cada uno su ministerio, nosotros tenemos el único ministerio nuevotestamentario, que es el Ministerio Celestial de Cristo (no el terrenal fuertemente manipulado por los arminianos), que también se lo llama en el NT Ministerio del Espíritu, y debajo de ese único ministerio, están los cinco dones ministeriales de Efesios 4. 11 que administran la Gracia en la Iglesia, y también está debajo del único ministerio, el ministerio del Cuerpo que es la ayuda mutua. Los miembros no Ministros o que no sean Administradores en ella no mandan ni ordenan ni reprenden sino que ayudan a sus pares.
Ellos se dividen por cualquier cosa; nosotros no podemos dividirnos. ¡Simplemente no podemos! Porque la enseñanza que ministramos es clarísima y quienquiera que se aparte de nosotros porque alguna verdad le prendió la lamparita para hacer otra obra, estará automáticamente condenado al fracaso desde el principio por apartarse de la Corriente del Espíritu inherente a lo que enseñamos.
Ellos viven bajo una pirámide, o varias. Nosotros vivimos en mancomunidad horizontal ordenada.
Ellos viven esforzándose. ¡Nosotros vivimos en el Espíritu de verdad! Cristo es el vehículo que nos transporta de victoria en victoria, y el Espíritu es el que nos mantiene ordenados y como en un desfile militar sin la mano del hombre. Cada declaración aquí tiene su base bíblica que no menciono, para no hacer de esta Presentación un Estudio Bíblico, y que se espera que el lector compruebe.
Ellos viven hablando de dinero. Nosotros vivimos dando lo que tenemos, y dándonos, y enseñando con la Palabra y el ejemplo que la filosofía de vida de Dios es DAR; no prestar. Dios no es un rico prestamista, y la gracia no genera deudas, sino el fluir de la vida que es dar.
Ellos viven corriendo atrás de profetas, dones, milagros, movimientos, proyectos e innovaciones, porque son antropocéntricos. Nosotros somos Cristocéntricos, por lo tanto, giramos en torno a Cristo todo el tiempo y en todo.
Ellos viven con levadura, símbolo del pecado, pero nuestra pascua es Cristo, pan sin levadura; comemos y bebemos de él diariamente, entonces, no se nos pega herejías ni ismos ni arrastramos los 4 vicios mencionados en Colosenses 2. 8: a) filosofías; b) sutilezas huecas; c) tradiciones de hombres; d) rudimentos del mundo.
Ellos son la apariencia del Reino, la cizaña, porque no nacieron de nuevo o los que sí fueron regenerados, empezaron por el Espíritu, naturalmente, ya que no hay regeneración sin Él, pero las cosas anteriores citadas les apartó del Espíritu y ahora siendo salvos, son confundidos como si fueran cizaña y no la influencian porque viven en la carne y no en el Espíritu. Los del PED son el trigo.
Ellos, por estar gobernados por sus ismos, tradiciones, doctrinas particulares, y otras levaduras, son los que apostatan, o sea, Laodicea. Nosotros somos Filadelfia, la Iglesia del Arrebatamiento, cuyo significado es “amor fraternal”, por lo tanto, nos caracterizamos por esto y no por exhibir propagandas engañosas y carteles ostentosos.
Ellos obedecen autoridades puestas por los hombres, lo que corresponde a 1ª Pd 2. 13 y Romanos 13. 1-8; no está mal, pero somos IGLESIA no Asociación Civil. Nosotros obedecemos a la Cabeza, Jesús, por medio de la autoridad en los cinco ministerios o dones ministeriales y el Cuerpo.
Ellos necesitan de templos. Nosotros somos cada uno un templo, y entre todos, el único templo del Espíritu en la ciudad, y para nosotros “un ídolo nada es”, o sea, no hay templos santos y templos pecaminosos; son meros lugares consagrados por hombres que respetar pero no idolatrarlos como imprescindibles.
Ellos necesitan de programas, liturgias, contratados, asalariados, líderes y esquemas. Nosotros nos reunimos en torno a Cristo en todo y cualquier lugar, incluso en los templos que ya hay, sin ataduras de horarios, mantenimiento, cuentas que pagar, con excepción del reunirnos como asociaciones civiles.
Ellos viven dependiendo de predicaciones en sus cultos. Nosotros vivimos predicando.
Ellos viven copiando mensajes, canciones, modelos y sistemas. Nosotros vivimos guiados por el Espíritu y la Palabra, por el canal de la Visión y el fluir o corriente del Espíritu en los siervos que ya lo internalizaron, de tal modo que no desentonamos ni nos dividimos.
Ellos viven rebuscándose por el Internet, los libros, los videos, y por íconos famosos para armar visiones, mensajes, sistemas y programas, y sacan palabras o frases de su contexto original para inventar o crear nuevas visiones particulares. En la Biblia no hay ninguna libertad y autorización a fundar nada, sino solamente a que hagamos la OBRA DE DIOS y nada menos. Nosotros vivimos siendo llenos de la Palabra, la vida y el poder de Dios por los canales que predicamos y enseñamos, de la Biblia.
Ellos viven buscando dónde congregarse establemente. Nosotros ya sabemos que a Cristo hay que tenerle como a la rueda de una bicicleta. Él es el centro, los rayos y la circunferencia. Nosotros estamos adentro de él, todo el día adorando, alabando, meditando, comiendo y bebiendo, descansados, fluyendo y armonizando en el vivir y el testimonio con muchos otros, por ciudades.
Ellos viven importando a famosos para ver si mantienen sus cosas; sujetándose a los de lejos, pero no a los de su ciudad. Nosotros tenemos todo en la ciudad, porque respetamos la teología de la ciudad que empieza en Génesis 1 y termina con la de la Jerusalén celestial en Apocalipsis 22.
Ellos se aferran a canciones de moda. Nosotros cantamos la Biblia y solamente la Biblia. Por eso que utilizamos mucho los himnarios y canciones simples, más de adoración que de alabanza, que traen vida, experiencia y esperanza y no bla, bla, bla, de artistas supuestamente convertidos.
Ellos tienen cultos muertos, donde no falta una vitrina con artistas, por cuya plataforma se pelean y dividen, y nos tientan, ya sea por los cuerpos con ropas bien ajustadas a su feminidad o al paquete y la masculinidad no siempre viril sino en muchos casos afeminados, drogados y llenos del mosto de la anterior noche con cervezas. Nosotros adoramos congregacionalmente, sin altar, porque no necesitamos más ofrecer animales como en el Judaísmo, pero tampoco con radicalidad estúpida. Casi siempre se necesitará un púlpito y un lugar de preeminencia para la Palabra, pero no aceptamos el exhibicionismo y la teatralidad.
Para ellos “la Iglesia” es eso que presentan principalmente por medio de cultos y liturgias, programas y doctrinas. Para nosotros la Iglesia la ven y la viven en la mutualidad de los miembros, la mancomunidad de todos por todos, el único ministerio a través de los ministerios perfeccionadores de ella y el de la Iglesia misma, la ayuda mutua; la función de cada miembro profetizando la Biblia y solo la Biblia para consolar, exhortar y edificar, bajo la dirección la corrección y la disciplina de los cinco ministerios, en la unidad del Espíritu localmente.
Ellos hablan de unidad pero nada entienden de ella. La unidad cristiana no es ecumenismo ni la famosa unificación esotérica y ecléctica, ni la enfermiza unidad de las sectas que funciona como una Cueva de Adulam (1 Sm. 22. 1-2). La unidad cristiana es la unidad de la TRINIDAD DIVINA, y también llamada DEL ESPÍRITU porque es una cuestión esencialmente espiritual. Nosotros vivimos la realidad; la enseñamos y compartimos.
Ellos no comen ni beben VIDA sino fast foot, vianda, aunque lean la Biblia, estudien y hasta hagan teología, a la vez que se alimentan de lo prefabricado por los ISMOS mencionados, que no son fáciles de eliminarlos de nuestra estructura mental-cerebral-almática, naturalmente, viven envenenados de interpretaciones extra-bíblicas al valerse de la filosofía, la psicología [y otras ciencias válidas para la consulta y el refuerzo, pero nunca para manipularnos la Revelación,] e interpretaciones, incluso, antibíblicas.
Nosotros aprendimos a comer y beber Cristo, la Palabra, a examinar, meditar en ella, profetizarla, declararla, sin jamás hacerle a Dios nuestro siervo, sino siempre sometiéndonos a nuestra condición de hijos, siervos y amigos, al vivir la unidad en la ciudad.
No fundamos iglesias. No consideramos mejores constructores Iglesia, sino solamente que estamos volviendo al Principio. Pero como no podemos romper con lo que hay hoy en día, mañana agruparemos todos los ministerios e “iglesias” que reciben esta visión del Plano Eterno de Dios como Iglesias y Ministerios No Alineados, por respetar sus organizaciones y límites, siempre dispuestos a seguir ayudándoles a avanzar en el programa divino, la OBRA DE DIOS única por Jesucristo, centro de la Divina Trinidad.
No somos pietistas, o sea, correctores de lo tuerto, desviado o mal hecho. No somos desenmascaradores ni condenadores. No somos fundamentalistas u ortodoxos. No somos doctrinarios.
EL PLANO ETERNO DE DIOS [PED]
Todas las denominaciones cristianas evangélicas, que son mayoritariamente arminianas y calvinistas, y muy pocas luteranas, y grupos de cristianos en restauración de Dios en el medio católico, o sea, Agustinianistas, tienen parte del PLANO ETERNO DE DIOS, están debajo del paraguas de éste, pero no son en plenitud la OBRA DE DIOS tal cual el Plano o PED demanda. Ellos vieron algo, en parte, pero no el TODO.
Ellos viven cansados. Los del PED viven descansados y en paz absoluta; si no camina, oran; si hay obstáculos, se humillan ante el Señor; si vencen, no se glorían; si ganan, reparten.
Ellos tienen sus íconos, referentes principales, líderes y dueños. Los del PED somos el Cuerpo de Cristo donde cada miembro ocupa su lugar y en él hay ORDEN y no jerarquía, y también en él hay miembros vitales como también secundarios, sin que podamos menospreciar a ninguno como en todo cuerpo humano vivo y saludable, y sí reconocer en él una única cabeza; en serio, de verdad, no en la retórica.
Ellos tienen cada uno su ministerio, nosotros tenemos el único ministerio nuevotestamentario, que es el Ministerio Celestial de Cristo (no el terrenal fuertemente manipulado por los arminianos), que también se lo llama en el NT Ministerio del Espíritu, y debajo de ese único ministerio, están los cinco dones ministeriales de Efesios 4. 11 que administran la Gracia en la Iglesia, y también está debajo del único ministerio, el ministerio del Cuerpo que es la ayuda mutua. Los miembros no Ministros o que no sean Administradores en ella no mandan ni ordenan ni reprenden sino que ayudan a sus pares.
Ellos se dividen por cualquier cosa; nosotros no podemos dividirnos. ¡Simplemente no podemos! Porque la enseñanza que ministramos es clarísima y quienquiera que se aparte de nosotros porque alguna verdad le prendió la lamparita para hacer otra obra, estará automáticamente condenado al fracaso desde el principio por apartarse de la Corriente del Espíritu inherente a lo que enseñamos.
Ellos viven bajo una pirámide, o varias. Nosotros vivimos en mancomunidad horizontal ordenada.
Ellos viven esforzándose. ¡Nosotros vivimos en el Espíritu de verdad! Cristo es el vehículo que nos transporta de victoria en victoria, y el Espíritu es el que nos mantiene ordenados y como en un desfile militar sin la mano del hombre. Cada declaración aquí tiene su base bíblica que no menciono, para no hacer de esta Presentación un Estudio Bíblico, y que se espera que el lector compruebe.
Ellos viven hablando de dinero. Nosotros vivimos dando lo que tenemos, y dándonos, y enseñando con la Palabra y el ejemplo que la filosofía de vida de Dios es DAR; no prestar. Dios no es un rico prestamista, y la gracia no genera deudas, sino el fluir de la vida que es dar.
Ellos viven corriendo atrás de profetas, dones, milagros, movimientos, proyectos e innovaciones, porque son antropocéntricos. Nosotros somos Cristocéntricos, por lo tanto, giramos en torno a Cristo todo el tiempo y en todo.
Ellos viven con levadura, símbolo del pecado, pero nuestra pascua es Cristo, pan sin levadura; comemos y bebemos de él diariamente, entonces, no se nos pega herejías ni ismos ni arrastramos los 4 vicios mencionados en Colosenses 2. 8: a) filosofías; b) sutilezas huecas; c) tradiciones de hombres; d) rudimentos del mundo.
Ellos son la apariencia del Reino, la cizaña, porque no nacieron de nuevo o los que sí fueron regenerados, empezaron por el Espíritu, naturalmente, ya que no hay regeneración sin Él, pero las cosas anteriores citadas les apartó del Espíritu y ahora siendo salvos, son confundidos como si fueran cizaña y no la influencian porque viven en la carne y no en el Espíritu. Los del PED son el trigo.
Ellos, por estar gobernados por sus ismos, tradiciones, doctrinas particulares, y otras levaduras, son los que apostatan, o sea, Laodicea. Nosotros somos Filadelfia, la Iglesia del Arrebatamiento, cuyo significado es “amor fraternal”, por lo tanto, nos caracterizamos por esto y no por exhibir propagandas engañosas y carteles ostentosos.
Ellos obedecen autoridades puestas por los hombres, lo que corresponde a 1ª Pd 2. 13 y Romanos 13. 1-8; no está mal, pero somos IGLESIA no Asociación Civil. Nosotros obedecemos a la Cabeza, Jesús, por medio de la autoridad en los cinco ministerios o dones ministeriales y el Cuerpo.
Ellos necesitan de templos. Nosotros somos cada uno un templo, y entre todos, el único templo del Espíritu en la ciudad, y para nosotros “un ídolo nada es”, o sea, no hay templos santos y templos pecaminosos; son meros lugares consagrados por hombres que respetar pero no idolatrarlos como imprescindibles.
Ellos necesitan de programas, liturgias, contratados, asalariados, líderes y esquemas. Nosotros nos reunimos en torno a Cristo en todo y cualquier lugar, incluso en los templos que ya hay, sin ataduras de horarios, mantenimiento, cuentas que pagar, con excepción del reunirnos como asociaciones civiles.
Ellos viven dependiendo de predicaciones en sus cultos. Nosotros vivimos predicando.
Ellos viven copiando mensajes, canciones, modelos y sistemas. Nosotros vivimos guiados por el Espíritu y la Palabra, por el canal de la Visión y el fluir o corriente del Espíritu en los siervos que ya lo internalizaron, de tal modo que no desentonamos ni nos dividimos.
Ellos viven rebuscándose por el Internet, los libros, los videos, y por íconos famosos para armar visiones, mensajes, sistemas y programas, y sacan palabras o frases de su contexto original para inventar o crear nuevas visiones particulares. En la Biblia no hay ninguna libertad y autorización a fundar nada, sino solamente a que hagamos la OBRA DE DIOS y nada menos. Nosotros vivimos siendo llenos de la Palabra, la vida y el poder de Dios por los canales que predicamos y enseñamos, de la Biblia.
Ellos viven buscando dónde congregarse establemente. Nosotros ya sabemos que a Cristo hay que tenerle como a la rueda de una bicicleta. Él es el centro, los rayos y la circunferencia. Nosotros estamos adentro de él, todo el día adorando, alabando, meditando, comiendo y bebiendo, descansados, fluyendo y armonizando en el vivir y el testimonio con muchos otros, por ciudades.
Ellos viven importando a famosos para ver si mantienen sus cosas; sujetándose a los de lejos, pero no a los de su ciudad. Nosotros tenemos todo en la ciudad, porque respetamos la teología de la ciudad que empieza en Génesis 1 y termina con la de la Jerusalén celestial en Apocalipsis 22.
Ellos se aferran a canciones de moda. Nosotros cantamos la Biblia y solamente la Biblia. Por eso que utilizamos mucho los himnarios y canciones simples, más de adoración que de alabanza, que traen vida, experiencia y esperanza y no bla, bla, bla, de artistas supuestamente convertidos.
Ellos tienen cultos muertos, donde no falta una vitrina con artistas, por cuya plataforma se pelean y dividen, y nos tientan, ya sea por los cuerpos con ropas bien ajustadas a su feminidad o al paquete y la masculinidad no siempre viril sino en muchos casos afeminados, drogados y llenos del mosto de la anterior noche con cervezas. Nosotros adoramos congregacionalmente, sin altar, porque no necesitamos más ofrecer animales como en el Judaísmo, pero tampoco con radicalidad estúpida. Casi siempre se necesitará un púlpito y un lugar de preeminencia para la Palabra, pero no aceptamos el exhibicionismo y la teatralidad.
Para ellos “la Iglesia” es eso que presentan principalmente por medio de cultos y liturgias, programas y doctrinas. Para nosotros la Iglesia la ven y la viven en la mutualidad de los miembros, la mancomunidad de todos por todos, el único ministerio a través de los ministerios perfeccionadores de ella y el de la Iglesia misma, la ayuda mutua; la función de cada miembro profetizando la Biblia y solo la Biblia para consolar, exhortar y edificar, bajo la dirección la corrección y la disciplina de los cinco ministerios, en la unidad del Espíritu localmente.
Ellos hablan de unidad pero nada entienden de ella. La unidad cristiana no es ecumenismo ni la famosa unificación esotérica y ecléctica, ni la enfermiza unidad de las sectas que funciona como una Cueva de Adulam (1 Sm. 22. 1-2). La unidad cristiana es la unidad de la TRINIDAD DIVINA, y también llamada DEL ESPÍRITU porque es una cuestión esencialmente espiritual. Nosotros vivimos la realidad; la enseñamos y compartimos.
Ellos no comen ni beben VIDA sino fast foot, vianda, aunque lean la Biblia, estudien y hasta hagan teología, a la vez que se alimentan de lo prefabricado por los ISMOS mencionados, que no son fáciles de eliminarlos de nuestra estructura mental-cerebral-almática, naturalmente, viven envenenados de interpretaciones extra-bíblicas al valerse de la filosofía, la psicología [y otras ciencias válidas para la consulta y el refuerzo, pero nunca para manipularnos la Revelación,] e interpretaciones, incluso, antibíblicas.
Nosotros aprendimos a comer y beber Cristo, la Palabra, a examinar, meditar en ella, profetizarla, declararla, sin jamás hacerle a Dios nuestro siervo, sino siempre sometiéndonos a nuestra condición de hijos, siervos y amigos, al vivir la unidad en la ciudad.
No fundamos iglesias. No consideramos mejores constructores Iglesia, sino solamente que estamos volviendo al Principio. Pero como no podemos romper con lo que hay hoy en día, mañana agruparemos todos los ministerios e “iglesias” que reciben esta visión del Plano Eterno de Dios como Iglesias y Ministerios No Alineados, por respetar sus organizaciones y límites, siempre dispuestos a seguir ayudándoles a avanzar en el programa divino, la OBRA DE DIOS única por Jesucristo, centro de la Divina Trinidad.
No somos pietistas, o sea, correctores de lo tuerto, desviado o mal hecho. No somos desenmascaradores ni condenadores. No somos fundamentalistas u ortodoxos. No somos doctrinarios.

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